segunda-feira, 22 de agosto de 2011

LA AGRESIVIDAD Y EL PELIGRO VERSUS LA APARIENCIA

¿Cuál es la diferencia entre agresividad y peligro en mi perro?

Muchos de nosotros cuando vemos en la calle un perro superior a los veinte kilos, o vemos un rottweiler o un pitbull lo clasificamos inmediatamente de agresivos y peligrosos. Pero la verdad ni el tamaño, ni la raza influyen en la agresividad, ni en el peligro.

A la hora de adquirir un perro siempre piensan en uno pequeño y la gran mayoría de las veces no tiene que ver el espacio de la casa si no en lo peligroso que pensamos que un perro grande puede ser sobre todo si en el entorno hay niños.

Este pensamiento es totalmente erróneo, ya que pueden existir canes de razas pequeñas que sin un buen entrenamiento pueden tornarse peligrosos. Un perro peligroso y agresivo es producto de una mala crianza, de una falta de ejercicio físico y una mala educación.

Es importante resaltar que todos los perros pueden morder en ciertas situaciones sin importar su raza o su tamaño. Tenemos dos situaciones relacionadas con la muerte de un bebé causada por la mordida de un perro. En la primera situación el perro ataca al bebé con mordidas hasta causarle la muerte. En la otra situación un perro levanta a un bebé por la cabeza y lo lleva hasta el sitio donde está la familia en la casa, el perro no ataca al bebé y hay que destacar que un perro no usa las manos como los humanos, la única manera de manipular y transportar sus juguetes y las cosas es a través de la boca y en el traslado brusco muere el bebé.

Con estos dos casos podemos diferenciar claramente la agresividad del peligro. En ambos casos los perros son peligrosos pero solo en el primer caso el perros es agresivo porque ataca al bebé, en la segunda situación la intención del can no era atacar ni actuar agresivamente, el solo quería mover al bebé de lugar y los movimientos brusco y las mordidas inconscientes fueron las que llevaron a la muerte a ese niño.

Una perra que recién haya tenido a sus cachorros puede tornarse agresiva por el solo hecho de defender a su cría y esto no tiene que ver con el tamaño, ni la raza de la madre. Una madre chiguagua puede ser tan agresiva cuando le tocan a sus cachorros que llega hasta morder y vale decir que la raza chiguagua por lo general es muy pequeña.

Las personas tienden a meter dentro de un mismo lote la agresividad y el peligro. Todos los perros pueden ser peligrosos mas no todos son agresivos. Esta diferencia no es tomada mucho en cuenta y por ende se responsabiliza al perro o la raza de la muerte o de las heridas causadas, cuando la verdadera responsabilidad la tienen sus dueños.

Los dueños son responsables del entrenamiento y la tenencia de su perro. Si sabe que su perro tiende a la agresividad y tiene un bebé en casa, en primer lugar no debería dejarlos solos ni un momento y cuando salga con el de paseo procurar usar el bozal y advertirles a las personas que quieran tener contacto con el perro ser precavidos. En segundo lugar debería atender el problema de la agresividad con un experto o un entrenador capaz de controlar ese comportamiento agresivo en su can.

Muchos casos de niños y adultos atacados por perros, mucha elaboración de leyes que regula la tenencia y crías de perros, pero en ninguna de ellas dan una definición precisa de lo que es un perro peligroso ni lo diferencian de la agresividad.

No debemos ignorar el peligro que puede causar un perro pero eso no significa que lo tengamos que abandonar a su suerte. Los peligros está en cualquier raza, por ejemplo un perro pequeño sale corriendo de sus casa y se le atraviesa a un carro y este para no atropellarlo puede ocasionar un terrible choque automovilístico. Así de simple cualquier perro, de cualquier tamaño puede ser peligroso.

Un buen entrenamiento con un experto, ejercicio físico y el afecto de su dueño y de lo que su perro considera su manada puede controlar la agresividad canina. Lo peligroso que puede ser un perro no debe convertirse en la excusa perfecta para sacar al perro de la casa, de ser así tendríamos que deshacernos de muchas cosas como afeitadoras, tijeras y evitar hacer algunas actividades como por ejemplo lanzarse en parapente, porque estas también son consideradas peligrosas y podrían ocasionarnos la muerte.

La responsabilidad de cuan peligroso y agresivo sea el perro es nuestra y como amos responsables tenemos que actuar para evitar que sigan promulgando leyes en contra de algunas razas que muchas veces solo tienen la culpa de ser grandes y aparentar feroces, pero muy por dentro tienen una gran nobleza. El problema que sí tenemos que atacar es la irresponsabilidad humana que es capaz de entrenar a un perro para destrozar a otros y convertirlo en un auténtico monstruo.

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